31 marzo 2009

Como un saco lleno de ideas ajenas

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Dicen que somos lo que vivimos, que todas las experiencias que vamos teniendo durante nuestra vida nos moldean hasta hacernos a cada uno una obra única, y además, hecha a mano.
¿Y de quien son esas manos que nos dan forma? De todos los que pasan por nuestra vida y nos aportan algo, que hacen la diferencia con su presencia, aunque sea de manera puntual y efímera. Cada uno tiene una colección de amigos, de parejas, de familiares, de indeseables… y aquí quería recordar a algunos de los míos.

Adquirí de Thais a aceptar que no somos el centro del universo, que nuestros problemas, a simple vista enormes, no son nada con los de otras personas. Y si esos otros pueden superarlos y levantar cabeza, ¿porque no lo íbamos a hacer nosotros? No somos menos que nadie y podemos superar lo que sea, o al menos intentarlo con todas nuestras fuerzas. Espero que aunque me lanzases a la basura y luego me echases la culpa de todo, la vida te haya dado un respiro y superases finalmente aquello que te hacía temblar cada vez que lo recordabas.

Qué decir de Jose, el muchas veces llamado “mi mejor amigo”. Un tipo peculiar este Jose, con una capacidad innata para decepcionarte, solo comparable con la que tiene para que lo perdones. Lo conozco de toda la vida, me he dejado la piel de las rodillas en la calle, a su lado durante toda la niñez, hemos tenido peleas tan fuertes durante estos años que de una de ellas tardamos hasta 2 años en volver a hablarnos. Y esto es una de las cosas que he aprendido de el, que nunca tienes que dejar que nada sea demasiado grave como para que tires algo importante por la borda, que aunque te hayas tirado dos años sin hablar con alguien, nunca sabrás si te cojera el teléfono a menos que le llames y le digas “lo siento”. Es la única vez que realmente alguien me ha dado una segunda oportunidad, y eso marca de verdad. Espero que todo tu trabajo se vea recompensado, eres un tío trabajador por naturaleza y te mereces que la vida te trate bien.

Soy el tercero de tres hermanos, el pequeño, dicen que mis padres ya tenían experiencia criando hijos y que por eso se confiaron, por eso les he salido tan mal. Pero antes de mi, la verdad es que hay que alabar el trabajo que hicieron con mis dos hermanos, Juan y Pepe. Son tan diferentes que cuando los ves el uno al lado del otro ves claramente que son hermanos, el uno es un hombre que se ha hecho a sí mismo, siempre que se pone a hablar los demás callan porque casi siempre te hace aprender algo nuevo. Por fuera es alguien seguro de si mismo, con las ideas claras y por dentro puedes encontrar a alguien comprensivo y tan frágil como cualquiera de nosotros. El otro, padre de familia súper responsable, siempre estará ahí si lo necesitas, nunca dice que no cuando le pides un favor, una de las personas mas buenas que conozco. De ellos he aprendido que siempre hay alguien con el que puedes contar, siempre hay alguien mas listo que tu que te puede ofrecer su consejo, he aprendido que la vida siempre sigue adelante aunque nosotros nos queramos parar y que si queremos algo lo tenemos que coger nosotros, lanzarnos a por ello y aferrarnos con todas nuestras fuerzas. Siento no ser siempre tan buen hermano como vosotros, muchas veces me olvido de que ser familia es mucho mas que compartir la misma sangre y os merecéis que os demuestro mucho mas de lo que he hecho siempre. Pepe, tienes algo muy bonito construido, cuida de Carla para que sea una persona tan grandiosa como tu, y tu Juan, estoy seguro de que deseas llenar ese hueco que te quedó hace algún tiempo, cuando lo consigas espero que a uno de los primeros que se lo cuentes sea a tu hermano pequeño.

Cuando empecé este blog lo hice por una sencilla razón, me sentía tan triste que tenia que darle una vía de escape a toda esa mierda que me consumía por dentro. Por eso en vez de pensar en ello y dejar que se quedase dentro, decidí plasmar cualquier idea en internet aunque nadie la leyese jamás. ¿Y porque me sentía tan mal? Pues porque va a ser, mi novia me había dejado y de nuevo me sentía apartado, porque yo siempre pensé que esa relación seria para siempre y me equivoque. ¿La responsable? Manoli, la chica con más magia que conocí jamás, ver con sus ojos era descubrir una realidad oculta debajo de la nuestra donde todo se podía plasmar en un cuaderno de dibujo. Me enseño a ver más allá y a sentir inquietud verdadera por todo, a apasionarme y desear con fuerza, a no cesar en mi empeño. Sé que todo te irá bien hagas lo que hagas, porque nunca te dejas vencer por las dificultades, siento no haber estado a la altura y descubrirme a mí mismo cuando tu ya no estabas ahí para verlo. Espero que algún día nos volvamos a ver y poderte contar como gracias a ti volví a escribir.

Un amigo que siempre se acuerda de ti, hasta cuándo ni tú mismo lo haces, que confía en ti para contarte sus mayores problemas y no le importa que seas tan tonto que no sepas ayudarle a resolverlos. Tengo en Javi a un verdadero amigo que esta tan lejos que no puedo tomarme un café con el, pero tan cerca que siempre estará allí si lo necesitas. Siempre que hablo con el logro sentirme algo más optimista, con más ilusión, de los pocos que me han visto con la guardia bajada y que se han ganado mi respeto. Alguien debería ser consecuente con su actos y sus errores y el te lo hace ver muy fácilmente, el aceptar que todo lo que hacemos tiene unas consecuencias es lo que he aprendido de Javi, además de que nada ocurre si nos quedamos quietos. Levántate y alza la vista, tienes un potencial tremendo para cualquier cosa que te propongas hacer, conectas con las personas con mucha facilidad y podrías lograr lo que fuese si te quitases esa mascara de autocritica. Tu puedes hacer lo que te propongas, solo tienes que currártelo un poco.

Podría incluir en esta lista a muchísima gente, pero no quiero hacer una biblia ni a nadie le importa realmente, pero me gustaría destacar a algunos más, que en solitario o en grupo me han influenciado. No podría dejarme a todos esos compañeros de clase en la época de la E.S.O, que me demostraron que era mucho mejor que ellos y que hay personas que simplemente no valen la pena, el odio que sentirá por ellos me alimento para echarle cojones y sacarme todas las asignaturas y así no verlos nunca más. También podría recordar a todo el grupo de personas que conocí en inforchat y con los que descubrí que las personas están cargadas de tonterías y que no hay que seguirles el juego en muchas de ellas, que la vida puede ser más sencilla si no nos inventamos problemas por todos lados. Gracias a que decidí pasar de sus chorradas descubrí que podía estar mucho más tranquilo y no tenía que tolerar cualquier cosa que me pudiesen hacer.

No son todos los que están, ni están todos los que son, pero aquí hay una pequeña muestra de los que han hecho que todo esto sea posible. A todos ellos gracias, sin vosotros no sería quien soy, tanto si hemos acabado mal, o hemos acabado bien, si nos seguimos viendo o dejasteis de ser parte de mi vida. Gracias, Javi es quien es, en parte, por vosotros.
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17 marzo 2009

Eden: Sanders

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Hacia tanto que esperaba bajo la lluvia que tenía todo el cuerpo entumecido por el frio, pese a que intentaba mover los músculos cada poco tiempo, hacía rato que no le servía de nada. El barro acumulado se le empezaba filtrar a través de la ropa mientras mantenía la posición, estirada en medio de la jungla sin que nadie la pudiese ver. Era una sombra, una sombra armada con un subfusil que a penas podía sostener con sus pequeñas manos.
Cuando la señal apareció al otro lado de la empalizada aparentemente no fue la única en alegrarse de ello, una docena de siluetas se incorporaba, a medida que lo hacia ella misma, a su alrededor. Corrieron en silencio, amparados por el escandaloso sonido de la tempestad, cruzando rápidamente el claro que les separaba de la vetusta barrera. Acto seguido la superaron con una escalera hecha con cañas.
-Casi no hay vigilancia, solo un guardia en la puerta de los barracones y dos más en el perímetro norte- les dijo el chico que les había hecho la señal desde dentro. -Comadreja, ya sabes lo que tienes que hacer con el primero.
Uno de los chicos intercambio su fusil con otro, que le proporcionó un cuchillo de desproporcionado tamaño para el muchacho que lo iba a empuñar. Comadreja se lo coloco de manera que no le molestase y echo a correr en dirección al centro del campamento.
-Bien, Sapo y Lincoln vosotros aseguradnos una salida sin problemas, esos guardias no pueden seguir ahí cuando terminemos.
Y los dos chicos que obedecían a sus dichosos motes, se separaron del grupo con un objetivo claro mientras se seguían dando órdenes, las cuales se perdían mientras la niña pensaba en porque tenían que tener todos sobrenombre. Ella tenía un nombre, uno de verdad, pero ya nadie la llamaba por él. De hecho pocas veces alguien la llamaba para algo, al igual que Comadreja, Sapo o Lincoln solo era un peón en una guerra que no entendía, en una guerra que ya ni siquiera daba dinero y en la cual las milicias locales se peleaban por las migajas de una tierra que no tenía nada que ofrecer, en la que los niños no tienen el derecho a serlo.
-¡¿Princesa!?, ¡maldita seas, te voy a pegar un puñetazo que te va a saltar los dientes si no estás atenta! ¡Espabila, hacia el barracón!
Princesa, le gustó tanto su nombre que decidido agradecérselo al listo que se lo puso arrancándole media oreja de un mordisco. Así consiguió dos cosas, que el viejo Slack muriese por una infección unos días mas tarde y que a ella la siguieran llamando así, solo para hacerla enfadar.
Rodearon el barracón hasta la puerta principal, en la que llacia el cadáver de un guardia con un visible corte en su garganta <> pensó. Lo siguiente fue rápido, se situaron en el centro de la gran y única habitación, cargaron sus armas y apuntaron a las camas. Ninguno de los hombres que dormían ni siquiera pudo gritar, de hecho seguramente ni se dieran cuenta de que estaban muriendo, pero para asegurarse de ello se distribuyeron para rematar a cada uno directamente en la cabeza.
Entonces todo saltó por los aires.
Salió despedida por una de las ventanas, aterrizando en un montón de sacos. Su uniforme ardía por su brazo izquierdo y se empezaba a abrasar la piel. Aun conmocionada por la explosión se revolcó por el suelo, haciendo que se apagase el fuego y al incorporarse y mirar al barracón pudo ver como las llamas se alzaban desde el otro lado del edificio. Un montón de gritos se alzaban ahora en la noche, gritos de adultos, gritos del enemigo. Un grupo de blindados se acercaba desde el norte con todos sus focos apuntando al campamento, uno de los cañones aun humeaba mientras el tanque volvía a la columna después de haber disparado justo donde ella se encontraba hacia unos segundos.
Quiso correr hacia el barracón, ahí estaban los suyos, pero vio a uno de los chicos huir a toda velocidad por el campamento, hasta que una sorda ráfaga de disparos lo lanzó al suelo. Después de esos tiros vinieron otros, esta vez provenientes del barracón, lo que la hizo agazaparse entre los sacos. Escuchó fuego cruzado, pero solo fueron unos segundos, momentos después vio a Comadreja aparecer por una de las ventanas, se apoyo en ella y volvió la cabeza hacia atrás, para después intentar saltar y escapar del edificio. Sus miradas se cruzaron un segundo antes de que se sacudiese fuertemente y su cuerpo se quedase colgando en el marco de madera, justo cuando el último disparo se oyó en la noche.

Siempre la misma rutina, después del despertador se levantaba e iba directa a la ducha, donde se pasaba más tiempo del debido pasando la esponja sobre el tatuaje que cubría esa fea quemadura de su brazo izquierdo, después se preparaba el desayuno y se enfundaba su uniforme de guardia del puerto espacial. No le iba especialmente mal, había conseguido estar vigilando el embarcadero de una de las naves de lujo más importantes del mundo, le pagaban bien y nadie se metía en sus asuntos, si no tuviese que despertarse tras esas pesadillas los días podían ser asquerosamente geniales. Hizo la mochila, apagó la televisión y se giró, entonces lo vio en medio en medio de la sala de estar.
-Nos dejaste morir Princesa, ¿porque no nos ayudaste? -Dijo Comadreja mientras la sangre brotaba del agujero de su frente y caía sobre la alfombra. -¿Vas a volver a esconderte mientras sucede de nuevo?
Detrás de comadreja, en la ventana, se podía ver el espectáculo de un montón de naves despegaban en todas direcciones a la luz de la puesta de sol. El despertador marcaba las ocho y se puso a sonar.

Casi se cae de la silla al despertar, la alarma del embarcadero sonaba a toda potencia y su jefe se dirigía a ella a toda velocidad.
-¿Se puede saber que has estado haciendo Sanders? Llevamos dos horas en alarma general y todo el acceso a tu bloque estaba bloqueado.-La vena de su cuello se hinchaba a medida que escupía mas frases que resonaban en la cabeza de Sanders.
-No lo sé, estaba mirando las noticias mientras vigilaba las cámaras de seguridad, hablaban de un experimento en no sé donde... entonces me debí quedar dormida.-Se defendió pobremente Sanders.
- ¿¡Dormida!? ¡Eres jodidamente estúpida ¿no?! La cuestión es que se ha declarado el estado de excepción, la Elohim va a despegar y tenemos a miles de locos en las puertas del embarcadero intentando colarse dentro.
-¿Pero porque quieren subirse a la nave? ¿Que es lo que pasa? dijo confundida Sanders.
-Todo se va al carajo Sanders, y a mí me han pagado bien para asegurarme que nuestro selecto pasaje salga de aquí con vida.- El guardia hizo una asquerosa mueca que simulaba una sonrisa.
-Son solo 30 jodidas personas, ni siquiera se había empezado la reserva de nuevos pasajeros, solo están los residentes permanentes. ¡En esa nave caben al menos 7.000 personas!
- ¿Y qué? yo solo se no voy a quedarme aquí mientras el planeta se va a la mierda. Si logro que salgan de aquí me iré con ellos, y si dejas de comportarte como una idiota tú también podrás venir.
-Pero...- Sanders intento lanzar una réplica, pero se vio interrumpida.
-¡Pero nada! que se jodan esos muertos de hambre. Mientras menos seamos más bien viviremos, tenemos suministros para toda la vida y viviremos como reyes en esa jodida nave de lujo. Que esos matados se busquen la vida, que yo viviré la mía a su salud.
Eso agotó la paciencia de Sanders, echó mano de su pistola reglamentaria, la cargó y apunto a Rogers.-Nunca me has caído bien Rogers, te he dejado hacer para que no me tocases las narices y al parecer has creído que somos algún tipo de amigos. ¿Pero sabes qué? Me das asco, me da asco tu cara y me da asco cada puta palabra que sale de tu boca. Vamos a abrir esas puertas y vamos a sacar a tanta gente como podamos de aquí.
-¿Pero qué cojones estás diciendo? Qui-qui-quita esa pistola de ahí ¿quieres? Te estoy hablando de vivir o morir idiota, ¿como te pueden preocupar esas personas a las que ni siquiera conoces? Jamás lo lograríamos con ellos.-Rogers intentaba parecer tranquilo, pero el sudor que empezaba a surcar su frente lo delataba.
-Solo hay una manera de hacer esto Rogers, o todos o ninguno, tu elijes.-Sentenció Sanders.
- Estarás de broma. ¡Maldita id...! ¡Joder, que les jodan! Podemos vivir con esos jodidos ricos en la mejor nave de recreo que hay en el mundo o morir con un montón de indeseables... venga Princesa, piénsalo bien.
Sanders apretó el gatillo y mientras el cuerpo inerte de Rogers caía sobre el cemento se sorprendió pensando en que la había hecho disparar, al fijarse de nuevo en el cuerpo se percató de que a Rogers le había dado tiempo a, disimuladamente, quitar el seguro de su pistola y empuñarla con su mano. Pero ella ni siquiera se había percatado de esto cuando le disparo entre ceja y ceja.
Sacudió su cabeza. Ya pensaría en eso mas tarde. Se guardó el arma y caminó hacia él la consola del puesto de vigilancia, en los monitores solo se veía a una multitud abarrotando todo el exterior del embarcadero.
Golpeo con fuerza un botón y pudo observar como las grandes puertas del exterior se abrían lentamente, dejando pasar a la gente que corría hacia la Elohim, la mayor nave de recreo creada por el ser humano.
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10 marzo 2009

Ni el tren mas rápido

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Hoy no es un día especial, he vuelto a la rutina después de una buena semana de vacaciones que seguramente no he aprovechado de la mejor de las maneras, pero es la mía, mi manera de pasar unos días lejos de la obligación.
Y hoy me acuerdo de uno de esos momentos que te marcan en la vida y que te guardas dentro, como un castigo. Me he acordado de la muerte de mi tía y de lo inútil que fui cuando ocurrió.
Te hablaré de mi tía, la hermana menor de mi madre, la que se divorció cuando yo era demasiado pequeño para saber que significaba siquiera esa palabra y no entendía porque mi prima no tenia a su padre viviendo en su casa, la que tenia aquella casa llena de aparatitos que el resto de las personas no sabían ni que se habían inventado, la que tenia un enorme piano que nunca vi sonar, la que siempre me decía que fuese a su casa con mi madre y que me dejaría jugar al ordenador, la que me reñía como si fuera su propio hijo y a la que quise tantísimo.

PAUSA

Debe hacer como 4 horas que deje de escribir, al terminar la ultima frase se me saltaron las lágrimas y me vi desbordado por los sentimientos, pero al frotarme los ojos y empaparme las manos con mis lágrimas vi una ventana que parpadeaba en el ordenador, una pestaña de messenger.
Y sentí que tenia que desahogarme, y me puse a contar lo que no había contado nunca, lo que pensaba escribir aquí para así poder dejar constancia de esa vivencia y de ese momento que me ha marcado.
Me puse a contar el como a mi tía le diagnosticaron cancer, y a mi me dio mucho miedo. Que evite verla porque no sabia como actuar ante algo así y que cuando ella empeoró no fui capaz de ir a visitarla ni una sola vez al hospital. Que solo empecé a correr hacia allí cuando me llamaron para decirme que había empeorado, y ni el tren mas rápido me pudo llevar a tiempo hasta donde ella se encontraba.
Y me ha sentado bien que me respondieran cuando contaba estas cosas, mis lágrimas se han secado y he recuperado la compostura, perdida a causa de un desborde de sentimientos. Y luego he hablado de cosas mundanas, así hasta las seis de la mañana, cuando he creído que tenia que terminar esta entrada.
Siempre intento hacer alguna reflexión sobre las cosas que me pasan, y la que he podido extraer sobre la muerte de mi tía y mi inutilidad al no ser capaz de visitarla aunque ella preguntase por mi... es que no podemos perder el tiempo debatiéndonos con nosotros mismos. La vida es elección, a veces nos equivocamos y otras veces somos lo bastante sabios para ir por el buen camino, pero si no nos decidimos el tiempo no nos esperará y tal vez cuando lo hagamos ya sea muy tarde.

Te quiero tía Isabel, nunca he sido muy familiar pero tu siempre has tenido un lugar especial en mi corazón. Hasta cuando te fuiste me diste una lección de como ser mejor persona. Da por hecho que la aprovechare bien.
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